La venta de garaje fue bien con su coño sobre la mesa

La venta de garaje fue bien con su coño sobre la mesa

Cuando mi venta de garaje atrajo a una multitud, nunca esperé que su coño estuviera sobre la mesa. ¡Parecía que la perra solo quería engañar a su novio y no importaba con quién! Su top marrón reveló que no tenía sujetador, y cuando lo levantó, sus tetas alegres eran algo que tenía que tener. Sabía que tenía que hacer algo, así que la conseguí que se quitara los pantalones y revelara su gran culo buuble. Esa fue una buena señal para mí que quería hacer un trato. Estaba a punto de ponerme duro, pero ella me golpeó al meterse de rodillas. Ella sacó mi polla e inmediatamente la pegó dentro de su boca. Sabía que esta era mi oportunidad, así que agarré su cabeza y la hice tomar hasta el final. Ella lo chupó mientras su novio deambulaba por la venta de garaje a unos metros de nosotros. ¡Me iba a correr en su boca, pero solo una mamada no fue suficiente para ella! Asegurándose de que nadie estaba mirando, le bajó las bragas, la volvió hacia la espalda y se inclinó. Ella extendió sus nalgas con ambas manos, mostrándome ambos agujeros. ¡Todo lo que tenía que hacer era deslizar mi polla adentro y eso fue todo! Su coño más que mojado me dio la bienvenida sin dudarlo. Comencé a follar su trasero, pero ella la usó para tirar su trasero de la manera en que me gustaba. Se subió a la mesa y extendió su coño por mí.
Las chicas no pueden controlar su lujuria y follar en público:
¡Las chicas no pueden controlar su lujuria y follar en público!
¡Puse la punta en su entrada, agarré su cadera y golpeé las bolas en su coño! Miré hacia abajo mientras me deslizaba dentro y fuera y mi polla era blanca lechosa, cubierta con su dulce jugo. Extendió sus piernas y ese coño parecía más que acogedor. Sus ojos retroceden, sus suspiros y gemidos, todo eso fue indicativo de su placer. Miré sus tetas considerables mientras se balanceaban con mis empujes. ¡Algunas veces casi fuimos atrapados haciendo toda esa mierda! Pero a la perra no le importaba, y yo tampoco. Sabía que quería más, así que llegamos al costado de la venta de garaje y la dejé sentarse en mi polla y eso la hizo arrojar su trasero lo más fuerte que pudo. Ella siguió y seguía, y tuve que jugar con sus mejillas mientras ella montaba mi polla. Simplemente no podía tener suficiente de la forma en que ella me montaba con su botín redondo. Ella gimió y se agachó mientras me montaba para frotar su clítoris. Luego gritó, apretando mi polla dentro de ella, luego se estremeció, colapsando sobre mí. «¡Cum en mi boca!» Ella subió al suelo y yo vi cómo mi polla espasmaba correrse en su boca. Saboré la expresión de su rostro mientras hacía una muestra obvia de dejarme verla tragar la carga de grosor por su garganta. Con su polilla llena de semen, digamos que esta venta fue mejor de lo que esperaba.

(Tagstotranslate) Lucy Lotus

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